domingo, 6 de marzo de 2016

Cuauhtémoc o la celebración de la mediocridad

América puede homenajear a quien se le dé la gana y cada quién decide.

Mi punto de vista, independientemente de con qué equipo jugara Blanco, es que fue un jugador con un enorme talento natural que desperdició por una falta de ética de trabajo y hambre de triunfo y por ello sus resultados concretos en Primera División fueron más bien pobres (un campeonato en 2008).

Su comportamiento dentro de la cancha dejaba mucho que desear en cuanto a deportivismo y juego limpio.

Fuera de la cancha fue igual de conflictivo, como lo demuestra el hecho de su salida de América por la puerta de atrás y que el "homenaje" se le haga hasta ahora porque el equipo no ha podido tener otro ídolo para sus 100 años, además de las numerosas apariciones en medios por cuestiones extra-cancha.

Fracasó en su incursión a España en un equipo mediano de esa liga y con la Selección no hizo que avanzara ni más ni menos que antes o después de que él estuviera.

Tenía sí, un gran talento y cualidades excepcionales pero, precisamente por eso, habría que exigirle más de lo que, en números y resultados efectivos entregó.

Digo si se le va a homenajear y a vender como si de veras estuviera a nivel de Maradona que, con todos sus problemas, ganó un Mundial y títulos dondequiera que jugó, pues mínimo que tuviera un palmarés parecido.

En resumen es alguien que, teniendo todo para ser un jugador de época, dejó más huella por chispazos aislados, peladeces, excentricidades y berrinches que por campeonatos o títulos obtenidos.

Mientras el Futbol Mexicano (en su totalidad) y México como país siga celebrando la mediocridad no pasaremos de ser eso, un futbol y un país que, con todo para triunfar, nos quedamos en zona de confort y celebramos al que medianamente despunta.

A lo mejor por eso nos identificamos tanto con Cuauhtémoc.

Es como México y muchos mexicanos, tenemos grandes riquezas, cualidades, virtudes y oportunidades y no llegamos a cubrir nuestro potencial porque con lo mínimo salimos, en la chamba, en la vida y como país.

Yo digo

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